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El Niño Papalote
Autor: Junior Five
Dibujo Junior Five
EL NIÑO PAPALOTE
06/05/2000
Lo que acaban de ver mis ojos pasa, de lo ordinario a lo extraordinario, quizá sea producto de mi imaginación, una idea mitificada sin precedente alguno, en la historia de la humanidad, de seguro si se lo cuento a alguien me considere un lunático, por lo cual sólo me atrevo a escribir en mi diario, mi único aliado, sincero y real, que estoy seguro que guardara este secreto.
Desde los 6 años me dedico a escribir en mi diario, un cuadernito café de rayas gruesas, cocido a la antigua, de pasta delgada, llevando mi nombre en la parte superior, entre paréntesis: “Raúl”. Mi papá me lo regaló el día de mi cumpleaños, un 16 de mayo de 1995 ya de madrugada. Fue para mí una gran sorpresa encontrarme al despertar un diario y en el interior una nota escrita por él, diciéndome lo mucho que me quiere y el apoyo incondicional que me brinda, para que cumpla mi sueño de ser algún día un escritor famoso como: Juan Rulfo, Roben Darío, Jorge Isaac, Carlos Fuentes, el ingenioso Cervantes con el Don Quijote de la Mancha, Dostoievski, entre otro autores que me fascinan.
El día de hoy a mis 8 años, recorro velozmente durante la hora de descanso los pasillos y escaleras de la escuela en donde estudio, para buscar un lugar aislado y secreto en donde pueda escribir a gusto y que sola mi mamá conoce. De ésta manera, me alejo un poco de mis compañeros conflictivos y groseros que me molestan con las tareas, pero que al final del día se fastidian y dejan de cuestionarme. Me toma solo unos diez minutos escribir todo lo que se me ocurra y después me reúno con mis dos mejores: Roberto y Francisco. Esta rutina la hago dos veces al día, una en la mañana y la otra de noche.
En mi diario anoto de todo, las aventuras que he tenido con mis amigos, sueños en los que soy un guerrero antiguo protector de los Ent (guardián de los bosques, híbrido entre hombre y árbol) , retos y propuestas por hacer, como el de innovar una casa en el árbol que está enfrente mi casa, que también puede ser un castillo, con un gran puente levadizo para defenderme de los trolls , pero todas estas ideas de infante se terminan cuando pienso mucho en los reprensiones de mis maestros, poniendo énfasis con letras grandes al maestro de Historia, una persona inculta de 25 años que cree que todos niños poseemos dos cerebros en la cabeza: uno capaz de almacenar nombres de personajes importantes y fechas históricas , que aun no logro comprender a mi edad para que me pueden servir, pero que yo lo relaciono en comprender el mundo paradójico en el que existimos y el otro cerebro, tiene un pequeño cortocircuito por estar dedicado mucho tiempo a las tareas y una pequeña parte que no esta dominada por la escuela, se encuentra instruida para actuar como un ser humano normal.
A veces escribo poemas románticos o del francés “poème romantique”, lengua romance que a muchas niñas puede enamorar por su acento extranjero y que en especial se los dedico a mi amor platónico: Eimy, una niña de ojos curiosos, de piel blanca, cabello lacio que le llega hasta la cintura, de hablar sencillo y con una característica particular que me atrapa cuando la veo, un gran lunar que está localizada en su mejilla izquierda. Aunque la realidad es, que nunca le he hecho saber que me gusta, por eso en estas líneas siguientes escribo que su presencia basta para que se me olviden el nombre de los objetos que están cerca de mí y me tiemblen las piernas.
Después de todo éste preámbulo, paso a contarles mi descubrimiento, ayer como a las 4 de la madrugada me levante extasiado por el sueño que tuve y un poco adolorido por caerme de la cama, aunque nunca supe en qué momento fue a darme en la torre contra el suelo, para mi sorpresa la cama donde había dormido estaba a unos 5 pasos de donde me encontraba tendido. Voy a describir brevemente mi cuarto: Es de 6 por 6 metros, hay una cama pegada en forma horizontal a la única ventana de la habitación, de frente hay una puerta, y delante podemos encontrar el cuarto de baño del pasillo. Hay un pequeño ropero de caoba a lado de mi cama, de cinco cajones, una maceta en una esquina adyacente a la puerta y en las paredes tengo muchos pósters de seres mitológicos que eran venerados por las culturas de Grecia y Egipto del pasado, porque a mí no me gustan los superhéroes, como Batman y los X-MEN , entre otros; todos estos cachivaches apenas a simple vista, dejan entre ver que las paredes están pintadas de azul cielo y por la ventana tengo una vista sorprendente a un enorme volcán bautizado como el pico de Orizaba. Genial no creen, a veces a través de ella se puede ver un gran espectáculo de día, cuando llega un punto en el que sol se oculta atrás y todo se oscurece por unos instantes, más increíble aun, cuando veo que cometas pasan por encima del tranquilo volcán y que en ocasiones quisiera estar parado hasta la punta para poder tomar algunas estrellas y guardarlas para mí.
Mi sueño es algo complicado de explicar, lo único que recuerdo es estar volando como un papalote por encima de varias casas, visitando lugares conocidos y asustando a los gatos que dormitaban arriba de los arboles. A una altura máxima de 20 metros tenía un miedo terrible, pero me gustaba, me llama la atención el miedo que me causa el vértigo, que me impulsaba a cerrar los ojos para no ver el suelo y apretaba fuertemente mis manos, porque deben saber que le tengo miedo a las alturas.
¿Volando por el cielo?, ¿espantando el ridículo gato de la vecina?, que estúpido sueño me dije cuando desperté, aun no sé cómo conseguí estar tan cerca de la ventana, mi mamá cuando se dio cuenta que me había dormido en el suelo, me sermoneo por andarme rodando en el piso y quedar todo sucio. Esto fue otra cosa que no pude explicarme cabalmente, mis pies estaban llenos de tierra al igual que toda mi ropa, no obstante, mi camisa era la más lamentable de todas, estaba rota. Al mirar mis rodillas, me espante aun más, estaba rayada y toda roja por un golpazo que me di. Ahora que recuerdo, mi sueño acabo cuando no podía volar más, entonces, mi cuerpo inerte se desplomo sobre un árbol y ¡pum!, estoy de vuelta en mi cuarto.
Han pasado ya tres años, estos sueños se han vuelto constantes, detallados y más reales, mis padres ya conocen mi historia y están decididos a llevarme con un neurólogo para que me revise. La respuesta que nos dio es aun más sorprendente para mi, el especialista le dio a entender a mis papás que yo poseo un capacidad intelectual mayor para un niño de mi edad, como si tuviera 30 años y la verdad, él no cree que mis supersticiones signifiquen algo. Los adultos sólo lo resuelven de la forma más simplista como siempre: “<
Mis compañeros de sexto año me toman por loco, hasta los que yo decía que eran mis amigos, me rechazan porque conceptúan que al ser un superdotado quiero demostrar ser superior a los otros, pero esto no es cierto, la única persona que realmente cree en lo que digo es Eimy y últimamente he tenido un mayor contacto con ella, que estoy a punto de confesarle que me gusta.
Hoy seis de mayo, voy a ser la prueba más importante de mi vida, ¿me moriré si intento aventarme desde la casa del árbol que me ayudo a construir mi papá?. No lo sé, espero que no suceda nada terrible y mi sueño sea verdad, porque ahí estará presente Eimy.
La hora ha llegado, todo está listo, me pongo mi camisa favorita, beso en la mejilla a Eimy, doy un respiro profundo y comienzo a decir: “<
¿Me he muerto? me preguntó a mi mismo porque me siento adolorido, alguien me toma de la mano con delicadeza y una lluvia comienza a caer sobre mí, quizá ya he llegado al más allá. No, no es así, son las lágrimas que brotan de mi novia, si de Eimy, “<< ¿Estás bien?>>” me pregunta, pero no puedo reformular repuesta, observo que al lado de ella están mis papás preocupadísimos, pero ya no estoy en el suelo del patio de mi casa, estoy en una camilla en movimiento en el centro médico y de pronto, me desmayo nuevamente.
Despierto y mis padres me cuentan lo ocurrido. Gracias le contesto al final por no enfadarse conmigo, me abrazan y prometo jamás volver a hacerlo.
Hoy soy un gran escritor famoso aquí en mi adorado país y tengo a mi lado a Eimy, somos felices y espero no repetir la experiencia de muerte que tuve algún día, por soñar muy alto.
CHILD Papalote
06/05/2000
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